
Erase una vez una gran familia, compuesta por el padre, la madre y ocho hijos. Nadie recuerda desde cuando, como, ni porque surgió esta costumbre que voy a contar. Dias antes a la Nochebuena los hijos componían un villancico, bueno, se entiende lo de "componer"... La historia era coger la música de un villancico y cambiarle la letra para pedirle, con mas o menos acierto el aguinaldo a su progenitor.
Primera dificultad: La música.. "esa la cantamos el año pasado..."... "esa está muy vista".... "no, esa es muy dificil.."... "pero.... ese villancico cual es??, no me suena de nada.."...
Segunda dificultad: "no se me ocurre nada..." "oye, porque no dices tu algo"... "jopé... siempre somos los mismos.."... "el año que viene, no conteis conmigo..."... "vaya ripioso que está quedando el villancico.."
Dia de Nochebuena.- Después de varios ensayos de última hora, y, provistos convenientemente de folios con la letra final para los actuantes (que ya no recuerdan en que quedó la cosa) y, por supuesto, para los "oyentes" porque sino no se enteraban de nada, comienza el espectáculo y termina como siempre en medio de aplausos, risas y no veas que manera de chillar, por Dios, que desastre..
Entonces empieza lo mejor. El padre, protagonista principal de esta historia, saca de su bolsillo ocho sobres, ordenados por edad, de menor a mayor, y va nombrando uno por uno a todos sus hijos, que se acercan entre vítores del resto a recoger su aguinaldo (por cierto, simbólico.. a duro por año, después se corrigió algo por efecto de la inflación.. pero, poco vamos...) que con un "¡Feliz Navidad!" mutuo acompañado de un par de besos marcaba el broche final del evento.. Aunque siempre había un noveno sobre, claramente favorecedor para la madre. Nunca nadie supo a cuanto ascendía a pesar de los gritos de: "tongoooo, tongooooo.... ella no ha cantado, eso no valeeee..."...
Los años pasaron y el coro se amplió.. los hijos se habían casado, habían tenido hijos y en la nochebuena de 1992, había 37 sobres, aunque también algunos temían que quizás aquella iba a ser la última nochebuena en la que se cantara el villancico..
En efecto, el 24 de diciembre de 1993, el padre-abuelo de los cantores estaba viviendo sus últimos momentos como consecuencia de una cruel enfermedad que arrastraba hacía ya dos largos años.. El día de Navidad se fué para siempre.
En mi casa, mis hijos, el día de Nochebuena siempre tienen un sobre con su nombre escrito y con un aguinaldo dentro. Me miran y me sonrien. No hace falta nada mas.. lo entienden. ¡FELIZ NAVIDAD!...